Amigas y amigos, después de una breve pausa por
temas que luego abruman la alegría de vivir, hoy regresamos con esta historia,
escrita por nuestro Che en su Diario en Bolivia. Espero que les guste y conmueva. Un abrazo.
MARTES 9 MAYO
Nos levantamos a las 4 (yo no dormí) y liberamos a
los soldados, previa charla. Se les quitaron los zapatos, se les cambió la ropa
y a los mentirosos se les envió en calzoncillos. Partieron hacia la finquita
llevando al herido. A las 6.30 completamos la retirada rumbo al arroyo de los
monos por el camino de la cueva, donde guardamos el botín.
Sólo nos queda la manteca
como alimento, me sentía desfallecer y debí dormir 2 horas para poder seguir a
paso lento y vacilante; la marcha en general se hizo así. Comimos sopa de
manteca en la primer aguada. La gente está débil y ya habemos varios con edema.
Por la noche, el ejército dio el parte de la acción nombrando a sus muertos y
heridos, pero no a sus prisioneros y anuncia grandes combates con fuertes
pérdidas por nuestra parte.
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